jueves, 27 de diciembre de 2012

Sucedió en Milán parte 2

Lo malo de los cuentos es que siempre terminan; lo bueno es que son perfectos mientras duran. Mientras escribes cada página lo estás viviendo, mientras lees cada página lo estás recordado, así haces de esta historia algo inolvidable.
Hoy se presentaba un nuevo día, y con él un nuevo despertar; pero está vez no era un despertar vació, era nacer de cero, para contemplar la inmensidad del mundo expuesto a unos ojos cautivadores. Salí a la calle decidido, como el que sabe que cada paso suyo es importante, el cielo estaba palpitante, estaba totalmente abierto sin ninguno nube cubriéndolo.
Mis pasos me llevaron al centro: El centro es el reflejo histórico de cada ciudad, lo que ha dejado cada persona por esa ciudad, el motivo que  hace distinto a cada lugar. Allí estaba yo en el centro de todo, y a la vez en el centro de nada, o eso pensaba, porque allí cada paso que daba era estar un paso más cerca del cielo. Caminando sin destino, me acabe dando cuenta que mi destino era aquel lugar; esta vez si que estaba en el sitio correcto con las personas correctas.
Siguiendo el filo de la historia seguía caminando y a cada paso reconociéndome. De repente algo paro mi atención; una inmensa fortaleza presidida por la torre de lo que parecía un castillo, de hecho lo era y su hermosura estaba en toda la magia que contenía, sus muros eran poderosos y se extendían como el mar que rodea a la tierra fugitiva.Allí rodeado de toda esa fantasía medieval, podía sentir la humanidad que ha vencido los peligros,que ha escrito los siglos que ahora tan orgullosos recordamos
Eran tiempos para el silencio;  el silencio me llevo a calles partidas, solitarias, ocultas donde podía sentir el viento arremolinándose y creando remolinos de sueños, allí apartado del ruido de la gente sentía lo más parecido a una libertad posible. Aunque esta no tardo en verse encerrada en la noche; pero no hay nada más bonito que una ciudad encerrada en la luna bajo el manto de estrellas.
Esa noche vi mi estrella en el cielo, y algo nuevo volvía a resplandecer en mi interior; El destello de la esperanza extinguida.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Sucedió en Milán Parte 1

Sucedió en Milán, como podía haber sucedido en cualquier lugar; pero el destino quiso que fuese allí, y no en otro lugar, por eso allí se despertó algo singular,algo que merece la pena contar. Porque toda historia necesita de un lugar; y toda persona tiene una historia que contar.
Hace tiempo que yo ya estaba allí, aunque no en presencia sino en la imaginación, no había minuto que no me dirigiera a ese remoto confín donde pronto mi destino me llevaría; así paso que antes de la hora de llegar, yo ya estaba lejos, alejado de este Madrid de pánico, ruido, angustia y de continuas desilusiones.Donde no encontraba nada humano fuera de las familias ahogadas en la miseria, sólo sentía libertad entre exclamaciones, pues no podía seguir adelante disimulando los lamentos de tantos hombres, necesita cambiar, recuperar una esperanza que aquí se encuentra perdida o está partida.
A todo esto; ya llego el desvió de mi camino, ya el cielo me llevo a comprobar lo que en aquella ciudad esplendida, dorada, elegante y magnífica podía esperar, mis ilusiones aterrizaron cuando yo toque el añorado suelo, el susurro del viento agitado me hacía sentir el cambio, en cambio todo formaba parte de este planeta; pero a la vez me parecía tan extraño, que todo lo desconocía, y el deseo de unos ojos lastimados esta vez de nuevo ardía.
Allí por primera vez sentí que me acompañaba el corazón, que lo llevaba bien cerca; me palpitaba por cada rincón que lo llevaba, es más tanta belleza junta la ignoraba, hasta que llego a su culminación; en el centro de mi distracción se elevaba un resplandor, brillaba en lo alto toda la plenitud,la armonía  la gracia, la hermosura en una catedral hecha a base de esperanzas divinas, de sueños celestiales, refugio para todas las almas espirituales. Nunca me había sentido tan cerca el cielo como en la resplandeciente catedral de Milán.
Contemplando tal maravilla me sentí algo más rico, aún siendo un corazón pobre.



viernes, 21 de diciembre de 2012

El viaje a lo humano.


Soy como esa estrella que pierde su luz y luego la recupera,

Paseó por paraísos frondosos para luego volver al fondo

silencioso de esta cruel existencia, salgo destronado

del reino escarlata para sentir la brisa del mar despejado.

Y allí donde las olas se acercan cortándome el paso

se nublan los cielos enfadados, se precipitan las lágrimas

de tantos hombres fulminados en nombre de la guerra.

Allí arriba solo hay espejismo de héroes desvanecidos.

Aquí se abren las puertas de la catedral de la sentencia,

para las personas desfavorecidas que viven en miseria

y piden suplicas a Dios para que se apiade de su existencia.

Entonces vuelvo de tan largo viaje de la conciencia

y comprendo que tú eres los lugares por los que pasas

y lo que te llevas de esos lugares, los momentos imborrables,

las personas que conoces y las que sigues conociendo.

Lo que dejas de vivir, al seguir viviendo, al ir muriendo….