jueves, 22 de marzo de 2012

La caja de música - capítulo 2

La cabeza me daba vueltas, eran las cuatro de la mañana y  mis pensamientos murmuraban entre sábanas, no podía evitar preocuparme por Enrique, en mi interior dominaba esa sensación de presagio, como si algo malo fuera a ocurrir, estaba fuera de mí, quería ponerme en calma, pero me ponía en situación, me envolvieron recuerdos de sufrimiento, recuerdos de una noche triste. Aquella noche en la que ocurrió ese accidente, tras la cual Enrique dejo de ser el que era, siempre vuelve a él esa quimera, ese conjunto de hechos que fecundan tristeza infinita, el día donde explotó todo de golpe en una carretera.
Me remonté, a donde todo ocurrió, aquella primavera del 2007, Enrique volvía con su mujer, de una corta instancia con unos viejos amigos de Cuenca, era tan de noche, que las carreteras llamaban al olvido, Enrique había tomado algo, su mujer insistió en que no bebiera nada, pero el con aquella frase que da tranquilidad, no pasa nada cariño, no hizo caso a la voz de la conciencia, y actuó con esa temeridad, con la que los héroes apartan los desafíos, el camino era de piedra, solo se veían luces de coches pasar y pasar, era una noche estrellada, como estrellada fueron las ilusiones tras apartarse de lleno. En un cruce de sentidos,Enrique preso de su visión nublada, tomó el camino recto a la muerte y por no cojer de la mano a su ángel, su ángel se perdió consigo, se cruzo un obstáculo por su camino, un coche que despistado, como despistado se encontraba Enrique, dos despistes seguidos, se llevaron la vida de su ser más querido, uno murió al instante, y otro murió por dentro a causa del cruel destino,
Tras perder a su mujer, Enrique fue sombra del que era, tras el accidente, quedo inconsciente,en punto crítico, nada fue tan claro, como la luz que alumbraba su inconsciente, no estaba preparado para ver tanto luz, el sobrevivió, pero en ella ya no quedaba chispa alguna de vida.
Clack Clack...... Sonó la alarma,quede desvanecida, sin darme cuenta y caí en el sueño consolador, que da refugio a los castigados, por el sufrimiento del cercano, unos sueñan con otros mundos, otros soñamos con los que compartimos tantos hechos imborrables.
¿Estará bien Enrique?, está incógnita venía otra vez a mí, aquí es cuando me dirigí a mi misma, y pensé que tonta soy, como no se me había ocurrido antes, podía llamarle al móvil.
Me recorrió un miedo en el cuerpo, cuando sonó un mensaje de apagado o fuera de cobertura, hasta ahora no me había dado cuenta de la hora que era, pero rondaban las ocho y media y apenas tenía media hora para llegar al trabajo, asi que decidí darme prisas, cogí mi habitual  vaso de leche de soja y mis cereales de avena, como todas las mañanas encendí la televisíón, para ver las noticias de cada mañana, se puso un canal directamente, me vino un palpito que más tarde se convertiría en escalofrío.
No sabría el alcance de aquella imagen ,que después tendría, las palabras fueron las siguientes: Hemos hallado el  cadáver  de un hombre,, debajo del viaducto de Madrid, el puente de Segovia ,todo apunta a que se trata de un suicidio, la primera autopsia revela que se trata de Enrique Hurtado, famoso investigador, les mantendremos informados.
Pum se desplomó de golpe el tazón de leche, se hizo pedazos.

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